Qué miro...

 

Esta mañana en el patio encontré esta belleza, le dan por nombre mariposa  de cuatro ventanas, por las pintas que tiene en las alas y si lo ves de cerca parece que de la cabeza le sale una melena. Es de gran tamaño. Su nombre es "Rothschildia" tiene hábitos nocturnos, ya que su colorido llamaría mucho la atención a sus depredadores (los pájaros), en el caso que anduviese volando y comiendo de día. Realmente estar cerca de ella impresiona gratamente, definitivamente es hermosa.  Ahora dejen que les diga algo: aunque parece "no lo es".  Sí, sí, como lo leen  “no lo es”.  Quizás,  pregunten; qué me pasó; si ustedes están viendo, claramente,  en la foto una bella y gran mariposa. Cierto... como les digo parece una mariposa... Tranquilos... igual pensé, todos diríamos que es una mariposa y de hecho el nombre vulgar como les mencioné anteriormente  es Mariposa de cuatro ventanas, pero no es cierto. Me dispongo a decirles ¿Por qué? Resulta ser que esa criatura tan hermosa pertenece a la familia Saturniidae, lo que significa mis amados que lo que realmente es... es una polilla de gran tamaño. ¿Qué tal?  Su físico a nuestros ojos es pura apariencia. Saben, toda vez que me encuentro con cosas como estas. El Señor Jesucristo, a través de su Santo Espíritu, me lleva algún pasaje en la Biblia para que reflexione y aprenda sobre algo; en esta oportunidad me hizo recordar 1 Samuel 16:7 "Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; porque el hombre mira lo que está delante de sus ojos  pero Jehová mira el corazón".

 ¡Que tremendo esto!  Cuantas  veces nos dejamos impresionar por lo que miramos a través de nuestros ojos, haciendo conjeturas  con respecto a personas o acontecimientos. No solo formando imágenes de eso, sino que reaccionamos según criterios hechos  en base a nuestra óptica.  Ahora, si me permiten, les digo algo:  la mayoría de las opiniones elaboradas en nuestra mente a partir de ese impacto visual nos conducen al error, nos vamos a la ligera, nos equivocamos y, les digo ¿Por qué? Porque el único que mira los corazones es Nuestro Dios.  Solo hay una manera mis amados de cambiar “el reaccionar por lo que vemos, en accionar por lo que es” y, esa es tener una verdadera comunión con nuestro Señor,  quien realmente, escudriña y conoce el corazón del hombre y que a través de  su Espíritu Santo  lo dará a conocer.

En conclusión, los hijos de Dios debemos estar atentos y permanentemente en comunión con el Altísimo, para accionar en Cristo y ser verdaderos hijos de luz. 

Gracias mi Señor