“Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad”. Efesios 1:4-5
¡Que privilegio!
Desde antes de la fundación del mundo… que grande es nuestro Padre
Celestial estuvimos en su lista miles y miles de años antes que encarnara como Jesús y miles después hasta
nosotros en este tiempo de gracia. ¿Sabes?… la palabra ESCOGIDO, según el diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española, significa
SELECTO, es decir, que entre
varios te tomó a ti y a mí, para tenernos como especial tesoro.
Quizás, pensaríamos
que por determinadas cualidades, pero no fue así, lo hizo por puro afecto de su
voluntad… Pueblo Santo, escogido para serle un pueblo especial por
puro amor (Deuteronomio 7:6-8).
Por puro amor… Por
puro amor… por puro amor… no le importó
si seriamos judíos, griegos, gentiles… escogió un pueblo para sí, y desde el
mismo momento que declaramos con nuestra boca y recibimos a Cristo, tomamos
conciencia que tanto tú como yo, somos parte del mismo, porque para Él siempre
ha sido así.
Ahora bien, en este
tiempo donde hay muchas cosas que hacen ruido, y que en algunas oportunidades
nos hemos saturado de información
inadecuada, es posible que por momentos,
se desviara el foco de nuestro Señor Jesucristo, olvidando lo que significamos para el Padre y lo que
somos.
Mantengamos
presente, vivo y activo en todo tiempo, que somos un pueblo escogido, especial
para Dios que nos llamó de las tinieblas
a su luz admirable para que creyendo y obedeciendo podamos mostrar la luz y el
amor de Cristo donde quiera que estemos.
¡Gracias Señor por este privilegio!