Amados misioneros, compañeros de milicia... Que la paz de nuestro Señor Jesucristo sea en todos ustedes. Cuando nosotros hijos de Dios y hermanos en Cristo andamos como corresponde, día tras día debemos estar atento de cual es la voluntad del Nuestro Abba Padre en nuestras vidas; por tanto el hacerla debe formar parte de la cotidianidad de todo cristiano.
Esto me trae a memoria Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” ¿Que les parece amados? Renovarse... renovarse en el entendimiento. Ya aquí nos habla de que hay maneras de conocer y comprobar esa Voluntad Divina en nosotros. Entonces. Ahora, pues ¿Cómo conozco la voluntad del Altísimo? Para andar en Su plan y obedecer... sin desperdiciar un solo instante de nuestra existencia y disfrutar de todas esas bendiciones que Él nos ha dado (Ef 1:3).
En cualquier caso, tenemos la guía y ayuda del Santo Espíritu de Dios, sea una situación particular y/o general del diario vivir. Así que para conocer que quiere Dios que hagamos, tenemos que determinar entrar en una verdadera comunión con el Señor y aplicar estos 5 pasos en este hermoso encuentro: Rendición, confesión, profunda comunicación, estudio y esperar.
1. RENDICION – Rendirse es presentarse a sí mismo al Señor. Significa poner a un lado esperanzas, ambiciones y deseos personales. Significa desear Su voluntad supremamente.
Pablo se rindió cuando preguntó, “¿Qué quieres que yo haga?” Hechos 9:6. El profeta Isaías se rindió cuando dijo, “Heme aquí, envíame a mí” Isaías 6:9. El general Amasias ofreció su servicio al Señor, “Tras éste, Amasias hijo de Cicri, el cual había ofrecido voluntariamente a Jehová, y con el doscientos mil hombres valientes.” 2 Crónicas 17:16.
2. CONFESION – Si deseamos estar en el centro de Su voluntad, debemos confesar y dejar cualquier pecado que apreciamos. El Salmista dijo, “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.” Salmo 66: 18. En el libro de Hebreos lemos, “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” Hebreos 12:1.
3. PROFUNDA COMUNICACIÓN – Esto quiere decir que debemos venir ante el Señor regularmente, pidiendo Su dirección, que sea una oración de calidad con Él, sumergidos en su presencia. Sin distracciones. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” Filipenses 4:6.
4. ESTUDIO – Cuando estamos buscando la voluntad de Dios, debemos ocupar mucho tiempo con la Palabra de Dios. Muchas veces a través de ella, Dios habla a nuestros corazones, dando un versículo que contiene la respuesta. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” Salmos 119:105. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” Proverbios 3:5-65.
5. ESPERAR – Tal vez esperar es lo más difícil cuando estamos buscando saber la voluntad de Dios. Si Dios no contesta inmediatamente, debemos esperar con paciencia. “Esperad en El en todo tiempo…” Salmo 62:8. “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, de lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos” Salmo 40:1-2. Si Ud. ha orado pidiendo dirección y no viene ninguna respuesta, no entre en desasociego, entre en el reposo del Señor . Si Ud. está confiando verdaderamente en Él, no estará afligido. Dios que sabe todo, dará la respuesta a sus oraciones exactamente cuando sea Su voluntad, y en el tiempo mejor para usted. Confié en su voluntad y tiempo, y usted estará gozoso cuando la respuesta llegue. “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” Ef 5:17.
En conclusión , para lograr todo esto: transformemos nuestro entendimiento por medio de la renovación... Que se active la mente de Cristo en nosotros, porque escrito está que ya la tenemos (1 Corintios 2:16)... ¡Aleluya!
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