¿PARA QUIEN LO ESTOY HACIENDO?

He estado reflexionando acerca del trabajo que hago, no solamente; mi desempeño como misionera sino también en otras áreas de mi vida y mi Abba Padre, a través de su Santo Espíritu, me entregó Colosenses 3:23-24 "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo servís". Aquí nos dice en todo, que lo que hagamos en nuestro diario vivir sea con una total entrega, dedicación, diligencia porque nuestro jefe es Jesucristo. Cuando tenemos un empleo en algunas oportunidades nos quejamos que si me miro mal,  que fastidio,  que cuando será el quince o el último del mes para recibir el pago, que eso no alcanza, etc, etc... Enfoquemonos en la fuente, en nuestro único patrón Jesús para ponerle amor ha lo que vamos a realizar en cualquier lugar y cualesquiera sean las actividades a desempeñar porque tenemos que ser ejemplo a los demás para que nuestra obra misionera sea más efectiva a través del testimonio. Recuerda que la recompensa viene de lo alto porque a Nuestro Señor servimos. El vino a servir, no ha ser servido... seamos imitadores y... ¡Adelante!