LOS AMIGOS DE JESUCRISTO

LOS AMIGOS DE JESUCRISTO
UN REGALO DE DIOS PARA LA FAMILIA

jueves, 13 de febrero de 2014

¿QUIERES SER MISIONERO/A? PARTE II

Amados y amadas continuamos con la 2da parte de las actitudes necesarias en un misionero, tomado del estudio del Dr. Gabriel Nápole (teólogo)

3) La "cordialidad". "Aunque pudimos imponer nuestra autoridad por ser apóstoles de Cristo, nos mostramos amables con ustedes, como una madre cuida con cariño de sus hijos. De esta forma, amándolos a ustedes, queríamos darles no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, porque habían llegado a sernos muy queridos. Pues recuerdan hermanos, nuestros trabajos y fatigas. Trabajando día y noche, para no ser gravosos a ninguno de ustedes, les proclamamos el Evangelio de Dios. Ustedes son testigos, y Dios también, de qué santa, justa e irreprochablemente nos comportamos con ustedes los creyentes. Como un padre a sus hijos, lo saben bien, a cada uno de ustedes los exhortábamos y alentábamos, conjurándolos a que viviesen de una manera digna de Dios, que los ha llamado a su Reino y gloria" (1Tes 2,7-12). "Los llevo en mi corazón, partícipes como son todos de mi gracia, tanto en mis cadenas como en la defensa y consolidación del Evangelio. Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús" (Fil 1,7-8). Con mucha claridad puede verse en estos textos en qué términos se da la relación entre los misioneros/as y las comunidades. El amor en lo primero que debe haber, ya que la misión no es una tarea profesional sino un vínculo profundo entre las personas. La evangelización es como una gestación (1Cor 4,15; Gál 4,19-20) en donde fermentan relaciones de intimidad y de gran cordialidad. En Éfeso algunos jefes no judíos son amigos de Pablo, y son ellos quienes lo salvan de la revuelta de los orfebres (cf. He 19,23-40). En Galacia, los que se preparaban para el bautismo se habrían "sacado los ojos" por él durante el tiempo de su enfermedad (Gál 4,12-15). Pablo sentía nostalgia por sus hermanos lejanos, como ocurrió con los tesalonicenses después de su partida (cf. 1Tes 2,17-18). Está angustiado hasta el extremo y prefiere quedarse sin colaborador con tal de mandar y recibir noticias (1Tes 1,3-5). Le dice a la comunidad de Corinto que de buena gana se gastará y desgastará hasta agotarse por ellos (cf. 2Cor 12,15). La carta a Filemón también es testigo privilegiado del corazón de Pablo: "Te ruego por el hijo al que he engendrado entre cadenas. Lo devuelvo, a éste, mi propio corazón (...) Recíbelo como a mí mismo" (File 10.17).

4) Ir más allá. En el transcurso de su actividad misionera, Pablo escribe su carta a la comunidad de Roma. Se dirige a una comunidad que está formada desde hace tiempo y que él no fundó ni visitó. Al final, Pablo realiza una constatación y expresa un deseo. Afirma que "desde Jerusalén y en todas las direcciones hasta la Iliria he dado cumplimiento al Evangelio de Cristo, teniendo así como punto de honra, no anunciar el Evangelio sino allí donde el nombre de Cristo no era aún conocido, para no construir sobre cimientos puestos por otros" (Rom 15,19-20). Considerada literalmente esta afirmación suena desmesurada. Sin embargo, hay que comprenderla desde la certeza que tiene de que el Evangelio se abre camino por sí mismo y que, partiendo de unas comunidades determinadas, logra esparcirse más allá de sus límites. En este sentido, Pablo entiende que el Evangelio llegó al Asia Menor y a Grecia. Por eso, hay que proclamarlo allí donde todavía no se ha hecho: "Mas ahora, no teniendo ya campo de acción en estas regiones, y deseando vivamente desde hace muchos años ir a ustedes cuando me dirija a España (...) espero verlos al pasar y ser encaminado por ustedes hacia allá" (Rom 15,23-24). Interesa rescatar esta actitud de los misioneros/as. Con un cierto inconformismo, ellas y ellos estaban pendientes de que la Buena Noticia se anunciará "más allá" de los límites del momento. En el caso de Pablo, los límites eran fundamentalmente geográficos. Pero sabemos que hay muchas "fronteras" en las sociedades, que dividen, separan y excluyen...

Dios les continue bendiciendo



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